martes, 20 de mayo de 2008

articulo en La Nación sobre las construcciones en Chile

Lean el siguiente articulo que fue publicado por el diario La Nación sobre las construcciones en Santiago, no esta muy lejos de la realidad en Valparaíso.
Viernes 16 de Mayo del 2008

Observatorio Ciudadano
Patricio Herman, Fundación Defendamos la Ciudad

En esta tribuna hemos denunciado la aprobación ilegal de varias decenas de permisos de edificación con normas urbanísticas derogadas en la Municipalidad de Las Condes, actos administrativos viciados que producen utilidades millonarias pero mal habidas a sus poseedores. Estos regalones podían construir edificios de quince pisos y por malabares interpretativos construyen hasta de 30. A la fecha, los permisos no se pueden invalidar administrativamente, porque han transcurrido más de dos años desde que se emitieron y sólo queda la instancia de la nulidad de derecho público para evitar esta impunidad recurrente.
No sólo esto. Los emprendedores también descubrieron una fórmula artificiosa para pagar derechos municipales disminuidos por la calidad de sus construcciones: se las arreglaron para an connivencia con funcionarios municipales, falsear la información de los atributos de los materiales usados en sus edificios. Con esto, los mayores perjudicados son los grupos sociales más vulnerables, porque la Tesorería Municipal recibe menos ingresos monetarios.
Cuantificando en dólares estas trampas, deberíamos llegar a los mil millones y como las instituciones no ejercen su tarea fiscalizadora y dado que tampoco existe una autorregulación del mercado, subsidiariamente nuestra Fundación, contra viento y marea, está investigando la forma de actuar de aquellos grupos económicos e inmobiliarios favorecidos por la negligencia de ese municipio.
Y para colmar la paciencia, en días pasados dimos a conocer con el Movimiento Acción Ecológica, el dictamen 17.707 del 17 de Abril pasado de la Contraloría General de la República. Este detectó, curiosamente en esa misma municipalidad, un nuevo ardid referido ahora al concepto conjunto armónico, que tienen los conjuntos de edificios que se construyen bajo un permiso en terrenos de 2 mil 500 metros cuadrados de superficie que enfrenten calles cuyas calzadas tengan al menos catorce metros de ancho. Un particular conocedor de la ley hizo la denuncia en contra de un permiso acogido a la figura de conjunto armónico, cuya principal virtud es que autoriza a aumentar el coeficiente de constructibilidad y la altura máxima de los edificios. Se trataba de un permiso mal otorgado a un conocido inversionista de la plaza para que construyera un solo edificio de 18 pisos, con lo cual aprovecha las normas más permisivas que se le asignan a los conjuntos armónicos y se reduce el costo de construcción.
La Contraloría señaló que los conjuntos armónicos están formados por agrupaciones de edificios que constituyen una unidad espacial propia, ditinta del crácter general del barrio o sector : ese ventajista acto administrativo emitido por la Dirección de Obras de Las Condes no se ajustó a derecho, conminándola a regularizar la situación, lo que será fácil, porque el proyecto está en la fase de excavaciones.
Como esta ingeniosa práctica se utiliza en su mayoría en las comunas del sector oriente de Santiago, esperamos que los alcaldes de Providencia, Ñuñoa, Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea, para hacer realidad la Agenda de Transparencia vigente en Chile, den a conocer a la opinión pública los listados de los permisos acogidos a conjuntos armónicos sin que los proyectos califiquen como tales, en concordancia a lo expresado por la Contraloría.
En todo caso y dado que la oposición política está denunciando con gran apoyo mediático la corrupción en diversos servicios públicos – lo cual nos parece bien – hace dos semanas para que tuvieran la oportunidad de rechazar las malas prácticas en sus propios reductos municipales, les dimos a conocer a los presidentes de RN y la UDI, así como a los directores ejecutivos del Instituto Libertad, Instituto Libertad y Desarrollo y Fundación Jaime Guzmán una serie de documentos donde se acredita la corrupción inmobiliaria en Las Condes. Sus destinatarios, Carlos Larraín, Hernán Larraín, María Luisa Brahn, Cristián Larroulet y Miguel Flores, respectivamente, no se dieron por aludidos. Al silenciar los vicios de su sector ideológico, ellos hacen gala del criticado doble estándar.

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